CONTENIDO SIMBÓLICO DE LA BATA BLANCA DE LOS MÉDICOS.
Symbolic content of the white dressing-gown of the doctors.
SIMBOLISMO DE LA BLANCURA.
RESUMEN
La comunicación simbólica es una
característica importante de las especies.
Como la gente viste puede
proporcionar a los demás una representación simbólica de lo que ellos son, esto
es, de su estatus y papel social que representan. En este artículo se realiza
un análisis simbólico de la vestimenta utilizada por los médicos, la bata blanca.
Se analiza cómo y porqué del cambio de color de la bata, tanto a nivel del laboratorio,
como del hospital y las relaciones médico-pacientes que existían en tiempos
anteriores y las actuales, así como la carga simbólica que ello representa para
la medicina actual.
INTRODUCCIÓN
Los símbolos son estructuras
centrales, son notaciones con otro significado. En el análisis antropológico de
los símbolos culturales pueden quedar sin cubrir estratos de significado, no obstante
una conducta simbólica única puede comunicar una rica y compleja gama de ideas.
La mayoría de las veces la gente presta poca atención a los símbolos que le
sirven de comunicación en sus pautas conductuales y rituales. Sin embargo los
antropólogos piensan que el análisis simbólico puede llevarnos a un profundo
conocimiento de los sistemas de creencias de un determinado grupo de gente.
Igual que otros aspectos de las culturas, los sistemas simbólicos cambian a
través del tiempo, de esta forma podemos ceñirnos a la historia y ver como un determinado
objeto asociado a un particular significado ha cambiado de sentido a través del
tiempo. En este artículo se va a realizar un análisis simbólico del significado
de la bata blanca.
Los símbolos, de forma general,
son formas de comunicación de mensajes sociales.
Sobre la utilización de este tipo
de prenda, la bata blanca, podríamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Por
qué es blanca la bata de los médicos? ¿La bata blanca, es simplemente un marcador
de una ocupación o existen otras creencias culturales que se comunican a través
de esta?¿Qué tabú esperamos que un médico
pueda violar? ¿Éste análisis simbólico se adecua con nuestras propias
experiencias con la relación médico paciente?
Todas las sociedades tienen
curanderos o gente que se dedican a sanar, que cuida de los enfermos (Landy,
1977) La interacción entre la persona que cura con el paciente está a menudo rodeada
por un sistema simbólico, que expresa de forma implícita el concepto cultural
del significado de la “curación” (Kleinman, 1975). Como ocurren cambios en los
significados sociales atribuidos a la curación, los símbolos usados para
expresar estos conceptos también cambian. Se va a utilizar una aproximación del
análisis simbólico ampliamente usada en antropología cultural para examinar el
origen histórico y la función de los sistemas simbólicos, que rodean a los
médicos y los pacientes. Una compresión de cómo estos fueron adoptados primero
por la profesión y después por la sociedad, podrá aclarar lo que significa ser
hoy una persona que cura en la cultura occidental.
LA NATURALEZA DEL ANÁLISIS SIMBÓLICO.
La mayoría de los médicos son
consientes de la simbología en la psicoterapia individual (Freíd, 1900), pero
una aproximación similar, es menos conocida y extendida en la cultura en general.
Los antropólogos han encontrado que los símbolos son a menudo usados como un
medio de expresar o reafirmar los sistemas de creencias fundamentales que
sostiene a la sociedad (Dolgin, 1977). Quizás los símbolos culturales pueden
ser vistos de una forma más práctica como formas de comunicación análogos a las
palabras en el lenguaje natural. Igual que las palabras, los símbolos pueden
usarse en un contexto social para definir las interpretaciones de lo que está pasando.
Pueden regir la conducta de cada individuo y expresar la relación dominante
existente entre varios individuos que están interactuando; en este sentido se
puede ver como la interacción doctor paciente determinará que símbolos son
utilizados y estudiar los datos históricos en los que se han fundamentado el
significado original, que ellos contienen. Finalmente el uso de estos símbolos
en un entorno médico puede compararse con símbolos similares usados en otros
rituales de la vida cotidiana de la sociedad (Leach, 1976).
SÍMBOLOS DE LOS MÉDICOS
La representación del estatus
medico, tanto por los diversos medios de comunicación como incluso por los cómics se hace proyectando un estereotipo de la profesión, y no descendiendo a los
individuos de forma particular.
Diversos estudios realizados al
respecto, muestran de forma general que cuatro objetos son los que identifican
con mayor fuerza la clase médica, estos elementos son: la bata blanca, el fonendoscopio,
el espejo de cabeza y el maletín negro. Siendo la bata blanca el identificador
más potente en cuantos estudios se han realizado.
Desde lo cultural, cuando se
quiere imprimir a los demás una actitud de seriedad, autoridad y respeto, la
gente suele ataviarse con ropa nueva, elegante y sobria para la ocasión y una vestimenta
más informal cuando se dedican al ocio. Lo mismo sucede en la relación con el médico,
la bata blanca imprime un respeto y seriedad en esta situación a la que
comúnmente se podría llegar en un plano social. Lo que hace que el paciente
confíe sus intimidades en materia de salud.
De igual forma aquellos
individuos con gran sensación de enfermedad, esta vestimenta les transmite
seriedad de forma que esta sensación les asegura que su padecimiento va a ser
tratado con todo rigor. Esta forma de actuar hace que el paciente confíe en sí
mismo y sus preocupaciones en materia de salud las transfiera al médico que le
atiende.
Bajo el símbolo de la bata
blanca, el concepto social de ser médico se intensifica, adquiere un fuerte
carácter al mismo tiempo que se extiende. Su importancia se pone de manifiesto
cuando los medios publicitarios desean representar a una persona con autoridad;
generalmente, lo muestran vestido con una bata blanca, aunque los profesionales
sobre los que se hace referencia sean reacios a este tipo de emulación (Kriss,
1975).
Es tal el carácter que imprime la
bata blanca que es realmente difícil que individuos, por negados que sean en
sus actuaciones personales o sociales, rechacen cualquier actuación médica.
Para entender completamente como
la bata blanca ha alcanzado esta posición debemos buscar los orígenes
históricos de ésta como símbolo de los médicos. Tres son los orígenes más arraigados
en este simbolismo, el quirófano, el científico dedicado a las Ciencias de la
Salud y el hospital. Cada uno de ellos añade una capa de significado
particular.
LA BATA BLANCA EN EL QUIRÓFANO.
La vestimenta de la sala
quirúrgica parece haberse originado con el desarrollo del concepto de cirugía
aséptica que empezó a finales del siglo XIX (Potter, 1976). Fotografías de esta
época encontradas en los archivos hospitalarios o históricos muestran al
cirujano y las enfermeras, aunque no a los anestesistas u observadores desde el
anfiteatro del los antiguos quirófanos, vistiendo batas blancas de manga corta
sobre las ropas de calle. Las mascarillas y guantes aún no estaban en uso, el
propósito de las batas en este contexto parece ser doble, uno para proteger al paciente
de ser contaminado por el médico, el otro para proteger al médico del paciente
durante el procedimiento que se estaba realizando. De esta forma observamos
como la bata blanca repetidamente sirve para proteger a ambos, al paciente y al
médico.
Otra connotación importante que
hace relevante la imagen del médico es la cirugía, el poder increíble para
someter a una persona a un estado similar a la muerte, abrir las inviolables cavidades
corporales, corregir lo que estaba equivocado y resucitar al paciente curado.
Las batas blancas de las salas de
quirófanos divergen de las otras batas blancas (Stahel, 1970). Con objeto de
mantener una técnica más aséptica la bata quirúrgica se transforma en una vestimenta
larga (Honsby, 1913). La cirugía aséptica requirió que estas vestimentas sólo
se usaran en el quirófano para evitar el riesgo de contaminación cruzada
(Stahel, 1970). Otra característica de este tipo de bata era la apertura
trasera, como medida en cuanto a técnica estéril.
Esta modalidad, de bata, supuso
ciertos inconvenientes para otras actividades médicas. Pero más que la posible
dificultad que entrañase este tipo de vestimenta era el impacto simbólico que producían
y de ahí su rechazo. El termino bata o vestido en nuestra cultura generalmente
se refiere a una vestimenta femenina y esta moda no era vista con agrado por
aquellos hombres científicos, varoniles, ambiciosos, que llevaban sobre sus
hombros el trabajo de grandes instituciones (Stahel, 1970).
El paso que supuso la vestimenta
de quirófano a la bata de laboratorio en un entorno clínico parece ser el
origen de la actual bata blanca. El término "bata de laboratorio", es
el primero usado para designar este concepto y con ello su origen.
LA BATA BLANCA EN EL LABORATORIO.
La representación del médico como
un científico tiene una larga historia que culminó en las primeras décadas del
pasado siglo XX. En la mitad del siglo XIX la ciencia intenta desprestigiar a la
medicina aludiendo falta de rigor científico en sus actuaciones terapéuticas,
pero no fue capaz de ofrecer una solución alternativa convincente. Bajo esta
situación la medicina llegó a ser simplemente una amplia variedad de cultos
curativos y curandería (Shryock, 1947). A pesar de este comienzo poco
halagüeño, tanto la profesión médica como la sociedad buscaron en la ciencia bases
disciplinarias que diesen explicación o fundamentasen el acto de curar las
enfermedades de forma científica. Después de todo, los laboratorios como
lugares prestigiosos, donde se daba respuesta y se buscaban soluciones a todas
las demandas sociales, se convirtieron en la esperanza científica para la base
de la medicina. Esta fue la formula que los médicos buscaron para imprimir carácter
y rigor de ciencia a su práctica, por tanto, se mostraron así mismo como
científicos, para lograr el prestigio deseado. A modo de ejemplo, Cathell, cuyo
libro El médico él mismo, que tuvo múltiples ediciones entre 1882 y 1922
aconsejaba: "Muestra una disposición estética de tu consulta y procura que
parezca actualizada, ordenada, limpia y científica" (Cathell, 1882:10).
"Sobre todo, uno debe evitar
que la gente saque la conclusión de que, en definitiva, tú eres una persona
normal o sólo una persona corriente” (Cathell, 1882:10). En 1992, Cathell fue
más enfático en describir "la consulta es el santuario de un hombre
sincero, médico trabajador científico" (Cathell, 1892:10) como el lugar
donde se puede hacer un uso “juicioso e inteligente de instrumentos científicos
de precisión para atender y tratar a personas enfermas, ansiosas y asustadas,
contribuyendo con este ambiente y con la habilidad profesional del médico a
aumentar su confianza y seguridad ante su curación” (Cathell, 1892:10). De esta
forma la práctica médica se puede ver como una actividad científica.
La demostración de la eficacia de
la ciencia moderna como pudo ser la construcción del Canal de Panamá (1915),
indujo también a la aceptación pública de la moderna medicina. Un esperanzador
sentimiento sobre la futura medicina científica se manifestó incluso en la
realización de cómic como expresión de la misma. Otras alternativas
terapéuticas como la homeopatía y el eclecticismo que han desafiado la
existencia de una medicina científica, no pudieron sustentarse, perdiendo con
ello relevancia y aceptabilidad social.
La medicina rápidamente consolidó
su estatus como profesión formando parte de la comunidad científica. Una década
posterior a la publicación del Informe de Flexner en 1910, la formación médica
se reestructuró alrededor del laboratorio científico. El contenido de la
medicina cambió, los libros de texto fueron reescritos adquiriendo gran
relevancia que les permitió tener múltiples ediciones; antes de la “era
progresiva”, casi no había bibliografía al respecto. Los estudios de medicina
en esta sustancial transformación impulsaron que los médicos se vieran como
estereotipos científicos revestidos de batas blancas. El mensaje del poder y
protección emerge: mientras el médico se viste con la bata blanca está
preparado y es capaz de manejar con seguridad los azotes de epidemias que
puedan amenazar a la humanidad, obteniendo resultados satisfactorios. Como
consecuencia de esta percepción de poder el médico-científico adquirió una tremenda
autoridad. Ante esta situación nadie intenta obstaculizar, si no todo lo
contrario fomentar y favorecer, tanto la salud pública como su desarrollo en
los laboratorios de medicina (Rosen, 1958).
LA BATA BLANCA EN EL HOSPITAL.
Se impone un nuevo cambio,
determinar cuál es el lugar más apropiado para atender a los pacientes, el
hospital como institución o su domicilio particular. Esta nueva situación
supuso la tercera causa histórica del uso de la bata blanca. La base para esta
variabilidad fue el desarrollo de la cirugía aséptica y de las modernas
técnicas diagnósticas y terapéuticas que necesitan el uso de personal y
recursos que no podrían ser utilizados en la casa del paciente. Con este nuevo
impacto en cuanto a la atención médica la imagen del hospital cambió, de ser un
lugar donde los proscritos sociales morían, a ser un lugar donde los enfermos
podían ser curados. Esta nueva imagen, de la muerte a la vida, tuvo su reflejo
incluso en el reemplazo de las vestimentas del personal sanitario del hospital.
Los uniformes negros de las enfermeras de las órdenes religiosas, por ejemplo,
se volvieron blancos; era la enfermería moderna (Dietz, 1967). De esta forma en
los hospitales modernos todo el personal sanitario e incluso los enfermos y
visitantes deberían cambiar su atuendo por vestimentas blancas. Mientras que el
personal no sanitario vestían con uniformes de otros colores. El blanco se
asoció y adopto como color simbólico de la institución, con las salas del
hospital donde se curaban a los pacientes, reforzándose con ello la simbología
de la bata blanca.
Esta transición se ve más
claramente reflejada en fotografías del personal médico de la época, en las que
se puede ver, incluso reflejado como los estudiantes de medicina cambian su vestimenta
de calle por bata y pantalones blancos. Según informes encontrados de algunos hospitales
reflejan que los uniformes, blancos de los internos eran difíciles de lavar y
se deberían lavar a mano, por la dificultad que entrañaban y el excesivo gasto
que suponían, eran los que más suciedad cogían, pero habían razones más
importantes desde el punto de vista sanitario que superaban a los intereses
económicos (Stahel, 1970).
EL SIGNIFICADO DE LA BLANCURA.
Dado el fondo histórico del
significado de la bata blanca, ¿que es lo que ha añadido el contenido cultural
de la blancura? Originalmente la bata de laboratorio era oscura y parece haber cambiado
a blanco cuando se asoció con la medicina, ¿por qué no se adopto otro color más
funcional? El motivo podría derivarse del contenido simbólico que la blancura
imprime a los actos médicos o quizás no fue otro que la reacción contraria de
la sociedad al ver como el Nobel
Alexis Carrel (1873-1940), usaba
en el trabajo vestimentas negras tanto en el laboratorio como en la sala de
operaciones (Conner, 1964).
El significado del blanco como
símbolo de vida ha sido ya mencionado. En los grandes acontecimientos de
nuestra vida, su exteriorización en forma de vestimenta no es otra que el derivado
del color opuesto el negro, que es claramente el color de la muerte y del luto.
La asociación con la pureza también ha sido ya objeto de comentario. Pero esta
pureza contiene dos líneas de significado: Primero es el concepto de
ingenuidad, sin sombra de malicia ni daño intencional, que imprime el blanco y
carente de mancha, en la expresión de la bata blanca, imprimiéndole carácter de
poder a su figura y dando por ello seguridad a los pacientes. Segundo es la
pureza en forma de virginidad sexual, significado evocado en otros rituales que
usa el vestido blanco nupcial, para resaltar y poner de manifiesto el estado
inmaculado de la novia.
Estrechamente aliado con el
concepto de pureza está el concepto de poder sobrehumano. El refrán “la
limpieza está más cerca de los dioses” ¡este término se acuñó mucho antes que
la teoría de la enfermedad! La blancura como un atributo del poder sobrehumano,
como atractivo irresistible e infinitamente peligroso está claramente expresado
en la novela de Herman Melville Moby Dick (Melville, 1930), explícitamente
mostrado a los médicos. En el simbolismo religioso
Cristo y los santos que ejercen
su poder sobre la muerte y sobre las fragilidades humanas están vestidos en
blanco. Pero estos no son solamente poderosos sino al mismo tiempo son extremadamente
buenos.
Un significado final viene del
término candor derivado del latín candidez que es blanco. En este sentido se
muestra la justicia como estatus alto y poderoso, que generalmente se nos
muestra con atuendos blancos. Y si los símbolos afectan a la conducta, el uso
de la bata blanca debe afectar a la relación entre los pacientes y médicos.
Parecen haberse originado hasta ahora, dos cambios de conducta en esta
relación, que han sido mediados por la bata blanca: el acceso del médico al
cuerpo del paciente y el cambio de pensamiento entre el atender al enfermo en
su casa o hacerlo en el hospital.
TABÚES SEXUALES Y CORPORALES DE LA CULTURA SOCIAL.
Hay ocasiones en las que
sociedades con un poderoso sistema simbólico, éste puede ser desafiado por una
serie de valores de cierto arraigo (Berger, 1966). Una de las más fuertes creencias
en nuestra sociedad es la integridad o inviolabilidad del cuerpo humano (Miner,
1975; Glaser, 1965). Existe incluso un término legal para designar tal
trasgresión de los derechos de la persona sobre su cuerpo, es agresión.
Solamente tocar a otra persona sin su permiso es un desafío que puede
convertirse en delictivo (Black, 1957). Lief y Fox en este sentido ya tratan lo
que supone el examen físico en el contexto de la cultura social (Lief, 1963).
La cantidad y ocasiones de
contactos físicos están cuidadosamente reguladas en nuestras sociedades. El
acceso que el médico tiene al cuerpo del paciente es un privilegio único,
teniendo permiso para explorar cualquier región o zona del mismo por íntima que
sea.
La exposición del cuerpo a la
exploración física por parte del médico no solo constituye una situación
violenta para el individuo en si, sino que es también considerada como tal para
la persona que lo examina. De ahí que esta intervención tiene que ser realizada
de la forma más cautelosa y con todo rigor científico.
En este sentido se ha de señalar
que el individuo ha de desnudarse literalmente, no sólo de forma física sino
moralmente, esto es, revelará secretos íntimos y proporcionará al mismo tiempo la
accesibilidad material a su cuerpo. Esto supone la excepcional trasgresión de
unas reglas sociales muy marcadas y que por ello se ha de realizar en la más
sublime intimidad y pureza, a la que la blancura parece dar cobertura (Finney,
1923).
Las exploraciones físicas realizadas
de forma preventiva, cuando la salud no se ha perdido aún, es un fenómeno
relativamente reciente, por tanto, se hace algo más difícil el asumir, el que
en ausencia de enfermedad se haya de exponer o desnudarse ante un médico. A
finales del siglo XIX,
"El diagnostico físico
permanece dificultado por la resistencia de algunos pacientes, particularmente
mujeres, a desnudarse para la práctica de la inspección, palpación o la
percusión por los médicos" (Duffy, 1976:232). Los exámenes pélvicos y
rectales parecen no ser una práctica rutinaria cuando no existe una lesión que
les competa. En 1927, Richard Cabot, un eminente médico educador, señalaba que
"no es ni debe ser parte del examen medico rutinario la exploración del
recto" (Cabot, 1927:435). Este concepto pierde fuerza a la vez que cobra
arraigo por los éxitos obtenidos en cuanto al avance en el nivel de salud
mediante las campañas de prevención, en las que lógicamente se incluye todo
tipo de examen físico (Rosen, 1975).
Para evitar de alguna forma el
enfrentamiento ante esta nueva situación, desvestirse sin estar enfermo,
hubieron de arbitrarse formas que suavizasen este cambio (Emerson, 1970). Un mecanismo
fue necesario para reinterpretar una actividad normalmente tabú convertirla en
una actividad socialmente aceptable e incluso deseable. Un conjunto de símbolos
fue necesario para proteger a ambos, al médico y al paciente, en esta situación
un tanto violenta. La bata blanca con sus significados de protección bilateral,
pureza, bondad y signo de virginidad, fue diseñada especialmente para esta
tarea. Una situación menos embarazosa se daba al tratarse del examen entre un
médico masculino y un paciente también del mismo sexo en la que la desnudez no adquiría
tanta relevancia debida a la igualdad de sexo. Cuando el médico examinaba a una
mujer, sin embargo, se hacía necesario una vestimenta simbólica reciproca dando
lugar al desarrollo de las batas para examen médico. Este tipo de vestimenta
para la paciente pronto se cargó de simbolismo. Fisk (1928:41), clamó que “esta
vestimenta proporcionaba a la examinada un sentido de protección y disminuía su
rubor”. El desigual tratamiento de hombres y mujeres no pudo ser mantenido
durante mucho tiempo y pronto a ellos también se les ofreció la protección
mediante una bata o vestimenta para el examen médico.
El segundo cambio de conducta fue
concienciar a la sociedad de cuál es el lugar más apropiado para atender a los
pacientes, el hospital como institución o su domicilio particular.
(Freidson, 1970). Desde tiempos
lejanos tanto el enfermo como la enfermedad han sido un drama personal, el
enfermo solía recluirse en su cama como lugar más intimo a la vez que protector
de su casa. El médico podía entrar con la invitación de la familia y explorar
al paciente sin violar ninguna norma social. A aquellas otras personas poco
afortunadas que carecían de este tipo de entorno los cuidados se les prestaban
en las instituciones hospitalarias. Por tanto, “fueron necesarios una serie de
símbolos para dar cobertura, con cierta garantía a su privacidad en las instituciones
públicas” (Trousseau, 1982:43). La bata blanca del médico y la bata de examen
del paciente reunían estas necesidades perfectamente.
Los significados compartidos
dirigen la conducta del médico y del paciente de la siguiente manera: el médico
es un científico activo, el paciente es un sujeto pasivo, el médico prescribe
el paciente cumple, el médico es autoencubierto, el paciente es autorevelador.
Esta situación social debe mantenerse en todo tipo de consulta médica.
DESARROLLO A LO LARGO DEL SIGLO XX.
El conjunto de símbolos
mencionados antes parece haber sido completamente funcional desde primeros del
siglo XX hasta las últimas décadas del mismo en las que se han realizado una serie
de cambios en los que se ha ido buscando el adecuar la vestimenta quirúrgica a
las nuevas tecnologías, tales como el uso del color verde o azul en las prendas
quirúrgicas. La motivación no ha sido otra que el uso de potentes luces blancas
y evitar reflejos desagradables sobre los trajes blancos usados en quirófano y
con ello dificultar la visión del equipo de quirófano.
Otros estudios han demostrado que
algunos de los significados provocados por la bata blanca son contraproducentes
llegando a interferir con su uso, de tal forma que se desaconsejan este. Tal es
el caso de los pediatras y los psiquiatras, los cuales han descubierto que
estas marcas de autoridad tienen una tendencia a abrumar a sus pacientes; por
lo tanto tienden a vestir ropas pasteles o ropas normales de calle, para evitar
estos efectos indeseables. Otros muchos médicos en su práctica privada no
visten la bata blanca. Sin embargo estas tendencias no llegan a afectar la imagen
pública de lo que un médico debe ser, sino de algún modo ha sido reforzada su
imagen como se puede evidenciar en las altas instituciones gubernamentales
(Bordley, 1976).
TENDENCIAS ACTUALES.
En las últimas décadas del siglo
pasado muchas de estas circunstancias han experimentado un cambio sustancial,
los médicos como hombres de ciencia que una vez necesitaron dar rigor científico
a la realización de sus prácticas de curación ya han conseguido un estatus en
el que no les hace falta demostrar constantemente tal situación para el
tratamiento de sus pacientes, lo que no significa que no puedan poner a los
mismos en peligro u equivocarse con ellos. Un buen ejemplo se está viendo en el
amplio uso de fármacos contra el cáncer, que se percibe como un asalto directo
al estamento biomédico. Otros símbolos sociales de autoridad también han sido rechazados.
Los hospitales son a menudo acusados de prolongar la agonía más que de fomentar
la vida. Los tabús corporales ya no tienen la misma fuerza que en tiempos
anteriores.
Estos cambios sociales golpean el
corazón de los significados comunicados con la bata blanca. No se ha
desarrollado un consenso nuevo que defina la naturaleza de la curación y que proporcione
direcciones futuras para la conducta del paciente. Esto ha tenido un efecto en
el uso tanto de la bata blanca como la bata de examen (McKinnon, 1977). Voces
por algunos de los movimientos contraculturales reconocen las implicaciones de
estos simbolismos y los rechazan.
Algunas feministas, por ejemplo,
aconsejan a las mujeres “rechazar la vestimenta tirándola al suelo cuando el
médico entre y si la reemplaza volver a tirarla al suelo” (Dreifus, 2006). Este
tipo de acción simbólica trata de que el médico se sienta incómodo ya que el
rechazo de los papeles establecidos por los símbolos significa que no hay una
guía de cómo los pacientes deben actuar. Cousins, en su redefinición de los
roles en la terapéutica insiste en que “el cambio en la medicina actual no es
el descubrimiento de nuevos fármacos, sino la nueva relación que emerge entre
el médico y sus pacientes” (Cousins, 1978). De forma que el antiguo modelo en
el que se mostraba un austero científico sanador, ha venido a sustituir al
actual en el que existe una relación mucho más llana, natural, de confianza y
humana. Hay que notar que la "tradicional figura autoritaria" es como
ha sido documentada aquí, aunque solo existió hasta las últimas décadas del siglo
pasado. Hubo razones para adoptar este papel en su tiempo, que pueden ser
similares para abandonarlas ahora en el nuevo cambio.
La relación dinámica que existe
entre el médico y la sociedad actual está ahora emergiendo Conforme nosotros
aprendemos más sobre el significado social y la función de la curación, entenderemos
mejor algunos de los conflictos que percibimos entre la sociedad y el
profesional.
Esto puede permitirnos mejores
instituciones y medios individuales para satisfacer estas necesidades. En todos
los encuentros o citas entre paciente-medico debe haber una consideración cuidadosa
de los símbolos y de comunicaciones no verbales por la importancia de las
mismas. En particular en las relaciones no programadas es esencial delimitar
bien el papel exacto que deben desarrollar el médico y el paciente pudiendo
llegar a ser importante para la curación del paciente.
EL LENGUAJES SIMBÓLICO, ES EL LENGUAJE DEL HOMBRE.
Se ha dicho que el lenguaje
simbólico es el verdadero lenguaje de la Humanidad, característico del mundo
interior de la misma.
Una particularidad del lenguaje
simbólico es la condensación de elementos. Así, un símbolo recoge, contiene,
sintetiza, integra y alude a varias abstracciones, ideas o conceptos, a menudo estados
de ánimo y muchas veces actos y se conecta con los mismos y puede enlazar con
otros símbolos mediante relaciones de semejanza, contigüidad, analogía, etc.…
El hombre ha podido desarrollar
un lenguaje simbólico, lo que hace que el lenguaje humano sea profundamente
distinto al de los animales. El lenguaje animal se refiere a afinidades biológicas
de la especie y estímulos concretos e inmediatos (Vacarezza, 2000).
El hombre, con su lenguaje puede
no sólo comunicarse sino también reflexionar y conocer.
Los animales (al no poseer la
capacidad de simbolizar), no pueden transmitir sus experiencias. Por eso, el
mundo animal es un mundo subjetivo, el animal puede transmitir y recibir
información sobre una respuesta a los estímulos inmediatos del entorno. El mundo
del ser humano, al tener la capacidad de comunicarse, puede enriquecerse con lo
que los demás han vivido. El mundo del ser humano siempre está mediatizado por
el sistema simbólico.
La racionalidad es
específicamente humana. El hombre ha desarrollado actividades que son específicamente
humanas y que no son racionales, viniendo a denominarse como animal simbólico.
El pensamiento simbólico y la
conducta simbólica se hallan entre los rasgos más característicos de la vida
humana, de modo que todo el progreso de la cultura se basa en estas condiciones.
La capacidad humana de simbolizar
llega a su máxima expresión en el lenguaje. Las palabras son símbolos que
representan conceptos y estos, a su vez, se refieren a cosas del mundo externo
(objetos) e interno (sentimientos). La característica fundamental del símbolo
es que tiene aplicabilidad universal (Pamela, 1994).
REFLEXIONES SIMBÓLICAS RESPECTO A LA BATA BLANCA.
De esta forma hemos visto como el
simbolismo de la bata, adquiere connotaciones universales, que toda persona
entiende y es capaz de comunicar al resto de sus congéneres.
El color blanco es identificado,
tan solo, por si mismo como signo de pureza, virginidad, seguridad….lo que hace
que las personas lo tengan de referente sobre estas cualidades.
En este caso, el “blanco de la
bata”, adquiere un significado que identifica por una parte la distinción del
médico como persona distinta, que ocupa un lugar reconocido por el resto de la sociedad.
A través de los signos y símbolos
se construye un concepto, que en función del significado que en ese momento
tenga, puede variar la identificación de un objeto; en este caso, la bata a través
del tiempo ha ido cambiado de forma y color.
La simbología nos ubica e
identifica con suma facilidad en el entorno en el que nos movemos, de forma que
podamos conocer e identificar en cada momento el significado de lo que estamos
percibiendo. La bata blanca de forma universal identifica a un científico o
médico.